2 de junio de 2013

UN ARBOL CASI PERFECTO (COMENTARIOS)

UN ÁRBOL CASI  PERFECTO  






                                                                                TEXTO DE:  JORGE GODOY


     Sale de su grueso tronco principal una rama que con el tiempo se ha engrosado y ha pasado a ser parte del tronco principal. El gajo o rama izquierdo es mas pequeño y todavía no ha llegado a alcanzar los altos de su copa, que se formo con sus ramas aledañas.
    El árbol de tipo paraíso, tiene una muy buena copa, con un tronco ancho en el medio casi perfecto, que hace de columna principal. Salen a su derecha un metro mas arriba de su base, un gajo menos grueso y que llega sin embargo hasta arriba de su copa, por atrás sale un gajo ancho que también llega a lo mas alto. Y de el salen dos mas gruesos, como los anteriores. En total llegan a la altura de los cables telefónicos que se internan entre sus ramas atravesándolo.  Ahora esta casi sin hojas porque es otoño.  Se ve como un árbol perfecto. Esta sujeto al suelo por su tronco cercano a ochenta centímetros de espesor. La parte derecha esta a punto de secarse, pero la izquierda no, a pesar de que ya entramos en el mes de junio, aun tiene algunas hojitas de color amarillo que están a punto de caer, algunas pocas , pero tiene. A simple vista se le pueden ver hasta cinco ramas o gajos que le han sido cortado por efecto de las podas anteriores. Su cascara muy arrugada, por cierto, tiene un apariencia joven, no posee agujeros y no presenta descascaraciones. Las arrugas de sus ramas se encuentran distanciadas entre si en una forma aparentemente pareja. Su altura debe rondar los seis y siete metros y su copa alrededor de otro tanto. En su fijación con el suelo no presenta raíces sobresalientes o que esten al aire libre. Se estima debe tener entre venticinco a treinta años de edad. Por esta época sus ramas están cubiertas de bolillas secas tan prontas a caer al suelo. Forma parte de una hilera larga que ha sido plantada alrededor de esa manzana. Todos sus compañeros parecen asimetrarse uno detrás del otro, viéndolos desde algunas de sus esquinas.

Este árbol hoy nos regala sus encantos preciosos para que nosotros ahondemos en detalle. Atesora la inmensa gratitud de merecer los mas memorables comentarios por parte de todo observador que sabe apreciar opticamente la belleza natural de la nombrada y benemérita especie, que vive eternamente agradecida por todos los observadores lisonjeros, y de sus hermosos cuadros que a ellos ofrece, desde ya hace tanto tiempo y a los invalorables aportes que ha hecho a los innumerables y eternos poetas del barrio.


Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima