22 de octubre de 2011

LA TINCHA PARTE 1 (CUENTO)

CUENTOS DEL VIEJO 



                                            LA VIEJA TINCHA
                                                   Parte  I                                               
Autor: JORENGOD@HOTMAIL.COM


                               Hace un tiempo atras, en una ciudad no muy lejana, una señora adentrada en años, se mecia en una silla que le habian regalado sus hijos, para el dia de la madre, con el fin de que no anduviera por ahi afuera todo el dia,
chusmeando con las vecinas, asi le compraban revistas a la vieja y que se entretuviera todo el dia, y no se levantara de esa silla, hasta con un buen almohadon se la compraron, con tal que no ande por ahi chusmeando con las otras viejas, porque no era que iba y volvia, no, eran horas que no aparecia, y nadie sabia nada , y habia que ir a buscarla, tres eran los hijos y se  separaban cada uno para un lado a ver adonde la podian encontrar.
A veces se metia en lo de la Maria ahi tambien como esa era tambien bastante chismosa la hacia pasar a la casa y mientras le cebaba unos mates, le sacaba informacion de la hija , la abogada, que estaba casada con un muchacho dueño de un bar en el centro de la ciudad, que trabajaba bastante bien, y eso que lo habian comprado hace poco tiempo.
La abogada, era la hija mayor de la vieja, de unos 35 años , no tenia hijos, y siempre tenia algunos problemas con su marido, por eso del bar, todos sabemos que siempre hay algo, con esos trabajos nocturnos, tentaciones hay muchas, pero este tenia fama de mujeriego y eso era lo que le recriminaba la mujer, ella tampoco era una santa, se comentaba por ahi que entre abogados se dan la mano y trato hecho.
Y la vieja Maria, como era muy ducha, de a poco le iba apalabrando, como para sacarle todo de adentro a la vieja, pobre vieja, encima tenia el defecto de tener lengua larga, porque no solo comentaba los lios que tenian su hija y su yerno como pareja, sino que inventaba mucho, hasta un dia invento que la hija, la queria encerrar en un geriatrico, con la excusa de que ahi la iban a atender bien y no le va a faltar nada, y que los fines de semana, la iban a ir a visitar todos, nada era verdadero, a la vieja Tincha, los tres hijos la querian mucho, la mayor  Susana, que era la abogada, vivia con ella , en el departamento de atras, el segundo Carlos, de unos 33 años mas o menos, era comerciante, tenia una fiambreria con su mujer Estela, y lo atendian juntos, vivian a una cuadra, en una casa humilde, que con bastante esfuerzo habian podido comprar hace 2 años, casi todos los dias iba a verla, le compraba muchas revistas de novela, esas mejicanas, que le gustaban mucho, decia que se ponia muy nostalgiosa y le hacia acordar a Manuel, su marido que siempre se encargaba de ir la feria de los sabados a cambiarle alguna novela, como para que tenga para leer en la semana, pero la vieja se la pasaba sabado y domingo leyendo todas esas revistas y para la semana no le quedaba nada  que leer, ella decia que el sabado y domingo , descansaba porque estaba su marido y este le hacia las compras , le barria la casa, cortaba los pastos y arreglaba alguna cosa que siempre se rompia, asi le quedaba la semana para trabajar, tenia que llevar a los chicos a la escuela, antes no habia de esos micros escolares de ahora, no, ademas colectivos, habia pocos y venian muy llenos a la hora de ir a la escuela, asi que tenia que caminarse unas 25 cuadras todas las mañanas ida y vuelta, otras 25 al mediodia para ir a buscarlos, ya con eso y los mandados, despues limpiar la casa y ponerse a cocinar, mucho tiempo libre no le quedaba, por la tarde era un poco mas tranquilo, pero como antes era antes, tenia que coser alguna ropita de los chicos, y de ella y la del marido, la del trabajo, y que no se enojara el Manuel, con que no este limpia y cosida la ropa del trabajo, la cuidaba mas que la salir, era de esos Polacos bravos, trabajadores, venidos con su familia ,  despues de la guerra al pais, y aca se conocio con esta santafecina de Rincon, un pueblito mas al norte de la Capital de Santa fe, ella era un poquito media bruta, fue nomas hasta el quinto grado de la primaria, dejo, porque su mama fallecio y tuvo que hacerse cargo de la casa, cuidando a 3 hermanos menores, el padre venia siempre a casa muy tarde, trabajaba como municipal , pero le gustaba el boliche, y las cuadreras, si uno lo queria ubicar por ahi andaba , arrimado al mostrador, como para seguir tomando, y se le hacia tarde , la Tincha cargo con  las cosas de la casa, lavar, limpiar, algo que coser y hacer mandados y la comida, y de ahi que le quedo por herencia, que sabia hacer las cosas de la casa, era muy organizada, y de los trece años que andaba en eso, muchas veces pensaba que hubiera sido de su destino si su mama no hubiera fallecido, a lo mejor hubiera podido terminar la primaria y seguir algun oficio, a ella siempre le gusto, las novelas, queria ser como esas actrices mejicanas, ser una estrella de la television, de chica se entusiasmaba y se iba a lo de los Fernandez, que vivian enfrente a mirar la tele y con su amiga Elvira, juntas miraban por la tarde en el viejo canal 13 de Santa Fe, alguna novela mejicana; Elvira era su mejor amiga, asi siguieron la amistad hasta de jovenes, luego ella se mudo , sus padre se fueron a vivir a La Capital, alguna que otra vez se visitaron, de grande tambien, muy pocas veces pero se vieron, y lagrimas siempre sobraban cuando se veian, se contaban sus penas, de porque la vida las habia separado, y esas cosas del destino, la Tincha siguio en Rincon como diez años mas, ya era grandecita cuando conocio a Manuel, que en aquel entonces empezaba su carrera laboral, arreglando motores de tractores en Buenos Aires, pero como los patrones tenian parientes en Santa Fe, que tenian un par de chacras, se les rompian cada tanto los tractores, y El como para hacerse una buena changa se ofrecia con los patrones para arreglarles a estos parientes los tractores que tenian , eran 4 , no eran muchos pero alla en la zona no habia mano de obra especializada, y el Manuel si que sabia de estas cosas, la cuestión que un dia de esos, de paseo por Santa Fe, una tardecita se conocio con la Tincha, que tambien andaba de paseo con su amiga Elvira, que ya lo conocia a Manuel porque era vecina de la familia que eran parientes de los patrones de Manuel, de ahi que la cosa fue mas facil , para la Tincha, porque ya lo tenian medio junado, con anterioridad, y sabían  que este se tomaba los domingo para ir a pasear por la costanera a tomar un poco de aire fresco, para la Tin cha el primer encuentro fue muy dificil, estaba presa de miedo, de que El, supiera que ella lo conocia, y que lo andaba buscando, pero a ella , El la cautivaba, para ella el Manuel era lindo, de esos polacos altos, rubios, de ojos azules, con esa piel blanca y brillosa en sus manos y su cara, algo colorado, siempre se sonreia, y era de hablar muy poco y la Tincha se sentia metida para sus adentro, ella no era muy alta que digamos, estatura mediana, morocha, ojos negros, y una figura mas bien de entrecasa, se le notaba que era una piba bastante trabajadora, nada de pintura en la cara, pelo medio largo y poca sonrisa, vaya a saber, con todo lo que pasaba por ese entonces, su drama familiar, siempre metido en la cabeza, su padre, sus hermanos mas chicos, el recuerdo de su mama, su infancia, y cuantas cosas mas que tenia de carga en los hombros, que hacia que en su cara se reflejara un poco de angustia, asi y todo, al Manuel, le gusto la Tincha, y asi siguieron hasta que Manuel le dijo de Casarse con ella e ir a vivir juntos a Buenos Aires, el drama lo tenia con su familia, pero Manuel, le soluciono todos los problemas, le dijo, yo gano bien en mi trabajo y con mi esfuerzo tengo para comprar una casa grande, asi que traete a toda tu familia, que vamos a vivir juntos, quiero que de ahora en adelante vivas conmigo. 
Fue asi que se le empezaron a pasar los años, de casada creyo que iba a poder hacer todos los sueños, algunos se le hicieron realidad, otros tuvieron que esperar para siempre, se dedico a cuidar de sus hijos mas que nada, y cuidar de su marido por sobre todas las cosas, muchisimas veces se le cruzo por la cabeza irse de la casa, pero una y otra vez salia a caminar por ahi, pegaba unas vueltas y ya se empezaba a preocupar por los chicos y se le ponia de noche y tenia miedo de andar por ahi, en ese sentido era muy miedosa, como que todas las cosas de la infancia se le venian encima y no le gustaba algo y empezaba a desconfiar, de algun lugar tenia que sacar ese costado oscuro, no en vano ocurren las cosas, y su infancia si que tenia bastante para contar. 
En cuanto a familia, fue poco lo de festejar, eran una familia media pobre, si bien Manuel era de ganar bien, pero tambien se gastaba mucho en viajes, a menudo lo solicitaban de Santa Fe, otras de Parana , y de Venado Tuerto, ahi tambien tenia que ir a arreglar algun que otro tractor, demas esta decir que de tantos viajes, la Tincha se quedaba a cargo de su casa, junto a los chicos, cosa que al principio la ponia bien, era como que podia respirar, no lo tenia a Manuel encima todos los dias, dejaba a tres chicos en la escuela por la mañana y asi tenia hasta el mediodia para estar sola, y aunque sea un ratito, se ponia a pensar para ella solita, su vida, su infancia, y ahi aparecia la figura de su mama, la extrañaba muchisimo, como queria volver a verla, charlar con ella, acariciarla, peinarla, y se ponia a pensar que si a Manuel y a los chicos ella podia atenderlos, y bien, como le hubiera gustado que su madre viviera y ahi , con ella , no le daria ningun trabajo, y aunque ella ya viejita no pudiera hacer sus cosas, no importaba, la Tincha lo iba a hacer, pero que de ninguna forma iba a dejar a su mama en algun geriatrico de por ahi, no, eso nunca, y se formo con esa conciencia durante los años y repudiaba que la gente dejara a sus papas, en esos lugares, "deposito de ancianos", ella los llamaba, siempre le decia al Manuel, y este la escuchaba atentamente, sin opinar, solo la miraba y asentia con la cabeza y le invitaba una copita de licor, mientras el ya iba por las cuatro, como para no despreciar las costumbres polacas de herencia, ella tomaba una sola copita para no despreciar, a veces dos, y ya era la señal del Manuel que tenian que ir a la pieza a dormir,  cuando los chicos se dormian, un par de horas para ellos siempre tenian, la Tincha decia siempre que lo que mas le gustaba de el era, era lo lindo que conversaba despues de la media hora, y la paz con que hablaban y que eran los unicos momentos que el parecia sensible y razonable y si habia que pedirle algo, ese era el momento, la oportunidad justa, mas de una vez le saco algun buen regalo, era como que el no decia que no a nada, ella estaba confundida si era por lo bien que hago las cosas esas, o por que yo era su mejor peor es nada. Al Manuel ella le tenia mucha confianza, pero tambien sabia por mujer, que como todo hombre, donde ven polleras, ahi estan, prendidos como el mamao a la botella, y ella se miraba al espejo y tonta no era, sabia que su figura andaba aflojando con la edad, alguna estrias por ahi, otras arruguitas alla, un poco mas de panza y algun par mas que se venian cayendo, por eso, cuando el tenia que irse para el interior, al principio respiraba aire libre, pero despues, le empezaban a sonar un toque de desconfianza  sobre las chiruzas del interior, y bien que ella mas que nadie las conocia, asi que ahi medio que se le terminaba su descanso y se ponia a hacer las cosas de la casa , porque se le hacia tarde y tenia que ir a buscar a los chicos a escuela, no sin antes pasar por la casa de quiniela a jugarse un numerito, por la dudas, siempre no vendria mal algun pesito extra para ella.
Por las tardes, se ponia si o si a mirar las telenovelas esas que a ella le gustaban mucho como cuando era chica, se ponia melancolica, y las disfrutaba como si fuera ella la protagonista, dejaba todo lo que tenia para hacer y se sentaba frente al telelvisor , quedaba como hiptonizada, si habia algo que no le gustaba, era mirarlas en compania, siempre preferia mirarlas a solas, la Maria que era su amiga mas directa, muchas veces la invitaba a su casa a mirarlas, pero ella le decia que tenia cosas para hacer, con tal de no ir, a Manuel siempre le contaba los capitulos que habian pasado ese dia, hasta con lujo de detalles, justo cuando tomaban unos mates, pensaba Manuel, que asentia con su cabeza, como para que la vieja no pensara mal, de que no le gustaba ni medio las telenovelas y se levantaba para ir al baño como para cortarla un poco, se ponia media pesada la vieja con sus relatos, y a ella le gustaba contarle mas a Manuel que a su amiga Maria las novelas y eso si con Maria para chusmear de cosas del barrio eran excelentes compañeras, pero habia que tener cuidado con los comentarios de la Tincha, a veces se mandaba algun romance que inventaba y se armaba una de revuelo en la cuadra, a la que tuvieron que parar era la vecina de enfrente una tal Susana, una mujer casada, vivia con su marido y 2 hijas chicas, pero la Tincha le invento un novio de la otra cuadra que era el que traia la soda casa por casa , y la Tincha que miraba mucho por la ventana veia que siempre este señor venia con la soda, dejaba su camioneta parada unos trenta metros antes estacionada enfrente de otro vecino y de ahi bajaba la soda y empezaba a repartir casa a casa, muchas veces la Susana lo hacia pasar para que le deje la soda y le pagaba adentro de su casa, y como tardaba un rato mas de lo acostumbrado, ahi nomas le salio la fantasia a la Tincha, y le conto a Maria, lo que veia, y la Maria que era muy zorra se las arreglaba para que la Susana se enterara de que la Tincha andaba hablando cosas de ella por ahi, se cruzo un dia furiosa a enfrente y menos linda le dijo de todo, de ahi nomas de afuera, en la vereda, como para que escucharan todos los vecinos demas, - "vieja chismosa, porque no te metes en tus cosas, vieja metida," le decia, a lo que Tincha, que era bastante miedosa, no le contestaba nada de adentro, varias veces la Susana cuando se la cruzaba en la calle, haciendo los mandados, la paraba para insultarla, la Tincha, nada le decia y la muy turra de Maria se hacia la que no sabia nada, " como se habra enterado " decia y ponia cara de inocente, y lo peor que la Tincha le creia todo lo que Maria de decia, el que ponia el grito en el cielo era Manuel cuando venia de trabajo, varias veces le dijo "Maria es la que delata" pero ella no le contestaba nada, agachaba la cabeza y se ponia a hacerle esos mates que el queria cuando volvia de su trabajo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario