22 de julio de 2014

LAS 8 MESAS DE BILLAR ( nostalgias)

LAS 8 MESAS DE BILLAR
                            (Nostalgias)



                                                       Textos: Jorge Godoy


       Eran 8 las mesas de billar, una enfrente de la otra, con un par de metros de distancia entre si, como para que no se chocaran entre los jugadores. Una luz potente en el centro de cada una de ellas, adornadas con esas tulipas cuadradas, típicas de los salones de billar.

    El local, un local angosto, largo, tan largo como para alojar tantas mesas de paño bien verde que resaltaban a la vista desde la entrada. El humo del ambiente, producto del cigarrillo, característica esencial por aquellos años en que el tabaco mataba, pero parecía que lo hacia, en comparacion de ahora, mucho menos.

    A un costado el infaltable bufé, café, gaseosas, bebidas de otro tipo, palitos salados, manies, cervezas y el infaltable sandwich de milanesa, ese que se servía cortado al medio, sin nada mas que pan y milanesa caliente, y de aderezo la tradicional mostaza. Un toque excelente para ir pasándola entretenido y engañando al estomago.

   Adelante del salón , a la entrada, ahí nomas,  varias mesitas cuadraditas de madera, con sillas también de madera, el cenicero en cada una de ellas y una luz mas general que iluminaba un poco mas tenue toda la entrada del salón. Las parejas de a dos en cada mesa, se acomodaban para hacer interminables partidas de domino, otras con el juego de ajedrez encima y otras tan solo, con un mazo de cartas, haciéndole juego al típico chin chon, truco, escoba de 15.  

   Horas y horas de cada domingo por la tarde, pasándola por allí, domingo tras domingo, 6 , 7  horas o mas,  a veces, hasta entradita la nochecita, era el relajo semanal, el despejo semanal. Ver esas siluetas masculinas muchas avejentadas, de cabellos grises, por el paso obligado del tiempo, les daban rienda suelta a sus entretenimientos acostumbrados, tal vez, a sus únicos entretenimientos.

   Si la memoria no me falla, de esto han pasado para mi cerca de 40 años, y como dice el tango: 20 años no es nada, 40 tampoco no son nada. La vida de vez en cuando te da estos lujos, la de ver en pantallasos a los recuerdos, y hay que agarrarlos bien fuerte, tan fuerte como se pueda, porque los vientos de los recuerdos soplan tan fuerte que a veces con los años se te escapan , se te escapan muy rápido, que cada vez mas se te hace mas difícil de retenerlos.

   Cosas entrañables como estas se llevan bien guardadas en un rincón del alma, y de vez en cuando es bueno recordar, hace muy bien recordar los buenos momentos, porque a los buenos momentos hay que hacerle el festejo y el honor simplemente con recordar.


                                                             FIN


Estimado Lector, hasta la próxima y muchas gracias

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